Este verano he pasado una semanita en Menorca, mi primera vez en la isla. La verdad es que, como habíamos alquilado un apartamento, muchas de las comidas y cenas las cocinamos nosotros. Todo y con eso, también tuve la oportunidad de visitar algún que otro restaurante, bar o heladería, así que aquí va mi pequeña guía de Menorca Sin Gluten.
Nuestro viaje empezó en Maó, donde fuimos a cenar la primera noche a la Pizzería Casanova (Moll de Ponent, 15). Está situada en la zona del puerto y os recomiendo que llaméis antes para reservar, ya que nosotros tuvimos que esperar una hora para poder tener mesa. No fue problema, ya que aprovechamos para ir a tomarnos unos vinos buenísimos en una bodega cercana, pero, si vais con prisas o sois poco pacientes, reservad antes. La carta del restaurante es bastante extensa. Todas las pizzas excepto la Calzone pueden hacerlas sin gluten y la camarera os orientará sobre qué podéis pedir o no del resto, ya que también tienen pasta, carnes, pescados y algunos entrantes. Si no recuerdo mal, tienen sólo un tipo de pasta sin gluten, pero puedes pedir la salsa que tú quieras para acompañarla. Yo pedí una de las pizzas, que llevaba queso ahumado y huevo, entre otras cosas, y estaba muy muy rica. Totalmente recomendable!!
Otro sitio al que intentamos ir a comer fue al Restaurant Es Cactus, en Fornells (Carrer de Dalt, 1). Era un sitio que vi que estaba muy recomendado en algún que otro foro que encontré, pero tuvimos mala suerte, ya que cierran los miércoles y… ¿adivináis qué día era cuando fuimos? Exacto. Miércoles. Os dejo la foto del local, de todas maneras.
Con el chasco, nos fuimos a otra parte, concretamente a Ferreries, donde había leído que en el restaurante Loar (Avenida Virgen del Toro, 2) también ofrecían comida para celíacos. Y así fue. Es básicamente el restaurante del hotel Loar, de aspecto sencillo y un poco de batalla, pero donde encontraréis una atención exquisita y una carta adaptada casi al 100% para los celíacos. Entre semana cuentan con un económico menú del día. En el menú no vienen indicados los platos sin gluten, pero el camarero te informa de los que puedes o no comer (en mi caso, todo menos una cosa). Yo pedí el arroz caldoso de pescado, los calamares a la andaluza (que los adaptan y rebozan con harina sin gluten) y un helado de postre. Todo excelente.
Otra sorpresa que encontramos en Ferreries fue la pastelería Lluís Febrer (Carrer Dean Febrer, 65), ubicada muy cerca del restaurante. Allí encontraréis una pequeña selección de productos sin gluten: ensaimadas de Nutella, magdalenas, crespellets, melindros, carquinyols y amargos fue lo que yo encontré el día que fui. Todo bien precintado, señalizado y expuesto en el mostrador de la entrada. Si queréis algún pastel o algo en concreto, debéis encargarlo. Si no, pues encontraréis lo que haya ese día. Yo me fui con unas magdalenas y unos crespellets que fueron mi desayuno los siguientes días (por desgracia, mi alergia a los frutos secos me impidió probar más cosas).
El otro restaurante que probamos está en Ciutadella y se llama Fang i Aram (Carrer Gabriel Martí i Bella, 11). Se trata de un vegetariano que está un pelín lejos del centro y en el que te especifican en la carta los platos sin gluten o que pueden adaptar. Nosotros pedimos las patatas con tres salsas y las alcachofas para compartir, y después yo pedí la ensalada de tomates y quesos de Menorca (con rúcula y olivada negra). Tengo que confesar que tengo mis dudas con este sitio. Por un lado, estaba todo muy bueno y se nota que utilizan buenos productos para cocinar, pero por otro lado… algo me sentó mal y terminé toda hinchada. Ahora bien, no estoy diciendo que me contaminaran con gluten ni nada, ya que, en principio, yo soy asintomática (aunque a veces empiezo a dudarlo) y puede que simplemente me sentara algo mal relacionado con otra de mis mil alergias o puede que fuera una simple casualidad. De todas formas, dejo aquí en ‘warning’ por escrito, por si acaso, ya que no sé exactamente qué pasó.
Aparte de esto, como he comentado antes, los demás días cocinamos en el apartamento, pero os dejo también un par de locales que encontré en los que sirven cerveza sin gluten: Tom’s Bar (Cala’n Bosch) y Ses Voltes (Ciutadella). Eso sí, en Ses Voltes no os molestéis en pedir ni una bolsa de patatas. No tienen y me ofrecieron una tapa de aceitunas a cambio. Cuando les pregunté por el tema del gluten, me miraron como la alienígena celíaca que soy. Así que tomaros la Daura y a otra cosa, mariposa.
Otra opción que tenéis en Menorca es la cadena de helados Sa Gelateria, donde te marcan en un gran cartel todos los alérgenos de los helados. Todos menos cuatro son sin gluten. Aquí tenemos un pequeño problema, sin embargo. Al servir, y bajo petición, limpiaron bien la cuchara de los helados, pero las tarrinas son las que son y, si tocaron antes el helado de cookies y después uno de los que son sin gluten… pues contaminación cruzada al canto. Yo aquí me arriesgué. Mal hecho, lo sé. Soy muy estricta siempre con todo y esta vez no lo fui. También os diré que no me sentó mal y que… Estaban muy buenos!!!
Antes de terminar el post, os quería comentar también que en Maó encontré otro restaurante en el que también tienen la carta adaptada para celíacos. Se llama Santa Rita y está céntrico. No llegamos a probarlo, pero os dejo las fotos del sitio. También deciros que, por lo que vi, es mucho más fácil encontrar lugares para nosotros por la zona de Maó que por Ciutadella, por si lo queréis tener en cuenta.
Y con esto… os dejo, que en breve me espera un nuevo viaje. Esta vez por Corea del Sur. Pinta difícil, pero ya os iré informando de mis aventuras glutenfree.