Estas pasadas Navidades hice mi primer Roscón de Reyes sin gluten. La verdad es que no lo elaboré con todo el tiempo que me habría gustado, ya que lo hice durante la tarde del día 5 para comerlo con la familia esa misma noche. Así que, aunque me hubiera gustado hacer bien todo el proceso de levado (mi intención inicial era dejarlo levando en frío toda la noche en la nevera), el resultado final fue muy bueno. Quedó esponjoso y bien de sabor, así que esta es la prueba de que se puede hacer el roscón de forma express. En otro momento intentaré elaborarlo con el proceso más largo para comparar diferencias, que seguro que las habrá e imagino que para bien. Pero, si como yo, no disponéis de mucho tiempo, aquí va la receta express del Roscón (de Reyes o no).
INGREDIENTES
– 375 gr. de harina mix B de Schär
– 75 gr. de azúcar
– 125 gr. de mantequilla
– 3 huevos
– 25 gr. de levadura fresca
– 80 gr. de leche entera
– 1 cucharada sopera de agua de azahar
– Ralladura de la piel de 1 naranja
– Ralladura de la piel de 1 limón
ELABORACIÓN
Antes de nada, advertiros que yo usé mi panificadora para elaborar la masa. Si no tenéis panificadora, Thermomix o similar, podéis intentar amasar a mano, aunque deberéis tener una paciencia extrema. Si tenéis panificadora, la receta es tan fácil como lo siguiente: cogéis todos los ingredientes mencionados arriba, lo metéis en la panificadora y ponéis la máquina a amasar. Yo la tuve durante unos 8 minutos.
Una vez tenéis la masa, la sacáis de la cubeta y la colocáis sobre unas hojas de papel de horno untadas previamente con aceite de girasol para que no se os pegue. Os untáis las manos también con el aceite de girasol para poder manipular bien la masa y le dáis la forma de roscón. Dejad un agujero bien grande, ya que cuando la masa crezca, se os irá cerrando. Además, si lo que queréis hacer es el Roscón de Reyes, este es el momento de meter las figuritas dentro de la masa (que queden bien cubiertas).
A continuación debéis dejar que la masa suba. Para ir más rápido yo la puse al lado de un radiador, ya que el calor ayuda. Estuvo ahí durante 2 horas y ya veis en las fotos que dobló su tamaño.
Ahora llega el momento de decorar el roscón. Yo le puse naranja confitada que había elaborado previamente un par de días antes. Es tan fácil como cortar una naranja en rodajas finitas y meterla en agua hirviendo a fuego muy lento y con abundante azúcar. Las debéis tener hasta que veáis que la parte blanca de las naranjas se vuelve como transparente. Después las sacáis y las dejáis escurrir en la rejilla del horno hasta que se sequen. Tardan bastantes horas en secarse, así que hacedlo con previsión.
Vale, pues lo que yo hice fue untar el roscón con huevo batido (lo rebajé con un poco de agua para que después de meterlo en el horno no quedase un roscón muy oscuro), le puse las naranjas confitadas y también un poco de azúcar mezclado previamente con un poco de agua para que tuviera una consistencia más apelmazada.
Y ahora… al horno!! Yo lo tuve durante 25 minutos a 170º. Una vez transcurrido este tiempo, lo sacáis, lo dejáis enfriar… y os lo coméis!!!!! 🙂
¡Buenísimo!
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